Atent@s. Aunque no lo parezca, este es un artículo para familias viajeras.
La Rioja es sinónimo de vino. Una tierra que atrae cada año a miles de turistas venidos desde todas partes del mundo a practicar lo que llaman enoturismo, un turismo en busca de las zonas de producción de vino y que tiene además una enorme relación con la gastronomía y la cultura. Por tanto, una de las experiencias imprescindibles que realizan los que visitan la comunidad autónoma de La Rioja es visitar una bodega conociendo sus viñedos y degustando alguno de sus vinos.
Visto así, parece que viajar a La Rioja sea solo cosa de adultos y que las familias con niños tengamos que buscar planes alternativos para poder disfrutar de esta zona tan bonita de España. Lejos de la realidad, nosotros SÍ que realizamos esta experiencia con nuestros hijos ya que por suerte algunas bodegas han sabido adaptarse organizando visitas adecuadas para realizar en familia.
Nosotros realizamos la experiencia con la empresa Riojatrek y la verdad que nos gustó. Es una empresa seria, con bodega propia y que cumplió con lo que buscábamos. Os contamos nuestra experiencia.
Índice
BODEGAS PARA VISITAR CON NIÑOS. APRENDER LA HISTORIA DEL VINO
Como hemos dicho antes, son cada vez más las bodegas/empresas que están apostando por hacer visitas o tour guiados especialmente para familias, de modo que a través de actividades lúdicas, juegos o historias podremos acercar el mundo de la enología a todos los públicos. Aunque con algunos matices casi todas ofertan una experiencia similar, así que a partir de nuestra visita os podréis hacer una idea de cómo es la actividad.
Conocer el entorno de La Rioja
La primera toma de contacto (y algo que os recomendamos hacer antes de contratar la visita a una bodega) es conocer los alrededores de la zona. Fuenmayor, Haro, Calahorra o Briones son localidades relativamente pequeñas en las que se puede disfrutar de paseos a través de sus centros históricos y alojarse a unos precios muy competitivos. También se pueden ver también los enormes campos de cultivo repletos de cepas y viñedos. Además la gastronomía de la zona vale mucho la pena y si sois amantes del vino, opciones no van a faltaros.
La visita a una bodega con niños
La visita comienza obviamente llegando a la bodega donde se realiza la experiencia (en nuestro caso fue en la localidad de Fuenmayor). Allí dimos una pequeña vuelta para situarnos históricamente y geográficamente, además de entender de ese modo cómo La Rioja se convirtió en una zona eminentemente vinícola. Esta pequeña introducción no se hace demasiado larga sobre todo pensando en los niños y niñas.
Pasear por los viñedos
Hechas las presentaciones y explicaciones previas, la segunda parte de la visita a una bodega con niños es pasear por los viñedos, conocer in situ cómo son «las plantas que dan uva» y de qué manera se plantan, tratan y cuidan para después poder cultivar la fruta que acabará convirtiéndose en vino.
Cabe decir que a los niños les pica la curiosidad (al menos a los nuestros) y preguntan con bastante interés sobre muchos aspectos totalmente desconocidos para ellos (y para nosotros).
Almorzar en el campo rodeado de uvas
Y para reponer fuerzas, nada mejor que un buen almuerzo/tentempié a media mañana antes de seguir con la visita. En nuestro caso pudimos degustar productos típicos de La Rioja como queso y embutido. Todo ello aderezado, cómo no, con vino de la zona.
Y para los más pequeños todo un descubrimiento ya que probaron el mosto, que es simple zumo de uva realmente dulce y delicioso. Vino totalmente «FREE of alcohol.»
Visitar la bodega y probar el vino
La última parte de la experiencia tiene lugar en la propia bodega, donde además de poder observar e interactuar con toneles, maquinaria y demás objetos típicos, pudimos aprender todo el proceso por el cual la uva acaba convirtiéndose en vino.
Durante esta visita también pudimos bajar a la parte subterránea de la bodega, donde se almacenan los diferentes barriles y toneles a «temperatura ambiente» hasta que maduren y se encuentren listos para su comercialización. Y para concluir la visita nada mejor que hacer una cata de algunos de los vinos de la bodega, degustando así sus variedades y matices (sí, hasta los NO entendidos como nosotros pudimos apreciar las diferencias).
Conclusión
Como decíamos al inicio de este post, visitar una bodega en La Rioja no tiene porque ser una experiencia exclusiva de adultos fans del turismo enológico. Indagando un poco es fácil encontrar empresas y bodegas que ofertan esta actividad pensando en familias con niños.
Durante 3 horas es posible acercarse mundo del vino de una manera lúdica y pasar una divertida mañana en familia. El hecho de conocer algo de su historia, mezclado con una ruta por los exteriores en las viñas y concluir la visita con el paseo por los interiores de la bodega, hace que este sea un buen plan para toda la familia.
Siendo realistas, aunque no sea una experiencia super TOP de las que nos encanta hacer en nuestras KIDS EXPERIENCES, nosotros nos lo pasamos muy bien y sin ninguna duda recomendamos realizar este plan para las familias que estén de visita por La Rioja.
Por último, si tenéis cualquier duda o pregunta, nos las podéis hacer llegar a través de los comentarios de este artículo.
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