Hoy continuamos nuestro viaje con una visita imprescindible cuando se visita París. A pesar de no encontrarse en la metrópolis, el palacio de Versailles (ubicado en la cercana localidad de Versailles) es un lugar el cual merece la pena visitar. Construido a finales del siglo XVII por Louis XIV, el famoso Rey Sol, este magnífico palacio se convirtió en la residencia de la corte real y en símbolo del poder de la monarquía francesa finales de la Edad Moderna. Se acabó de construir en el año 1715, ya con Louis XIV muerto.
Así que tras levantarnos cogemos el tren de cercanías que nos llevará hacia allí. Hoy pasaremos prácticamente todo el día en Versailles, ya que parece ser que es inmenso y que se necesita una jornada para contemplarlo completamente con tranquilidad, ya que además del edificio en sí merece la pena pasear por sus más de 100 hectáreas de jardines. En menos de una hora nos plantamos en Versailles ante la puerta de este majestuoso lugar.
Se trata de un fantástico edificio decorado con toda clase de lujos y ostentaciones, en el que las amplias estancias son muestra de ello. Como no, la famosísima Sala de los Espejos es un lugar digno de admirar. Una amplísima estancia con espejos a ambos lados, lo que aumenta la sensación de grandeza. Además, las otras salas como por ejemplo la habitación del rey están decoradas con todo detalle. Ciertamente la visita al interior del palacio vale la pena, ya que el palacio de Versailles es sin duda el más grande y majestuoso de su época.
Pero si los interiores son fantásticos, sin duda alguna lo mejor de este lugar son sus interminables jardines, adornados además con cientos de estatuas y fuentes por todo su alrededor. Son tan inmensos que la vista no llega a alcanzar su final. La verdad es que pasear por allí y sentarse en cualquiera de sus rincones es una auténtica gozada. Además, hacía buen día por lo que pudimos comer en una terracita que hay por la zona.
En la zona oeste de los jardines se encuentra la granja-residencia de María Antonieta. Nosotros nos quedamos a la puerta y ya no entramos porque estábamos realmente cansados de caminar. Se trata del lugar donde residía María Antonieta, la esposa de Louis XVI. Éste fue el último lugar donde estuvo antes de ser apresada y llevada a París para ser decapitada (igual que el rey) durante la revolución francesa. Como anécdota cabe decir que las ovejas que hay hoy en día en esa granja son descendientes de aquellas del siglo XVIII.
A la salida casualmente vimos a Emilio Butragueño el ex-jugador del Real Madrid y uno de los ídolos de la infancia de Bruno. Así que nos hicimos una foto con él justo antes de emprender ya rumbo al tren que nos iba a llevar a París.
Parece que no, pero aunque solamente hemos visitado hoy un lugar nos encontramos bastante cansados ya que Versailles es muy, muy grande. Así que esta noche no saldremos a ningún sitio y descansaremos para aprovechar a tope de energías el día de mañana.
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