Durante nuestro Viaje por los Países Bálticos hasta Helsinki, concluimos nuestra ruta en la capital de Estonia, Tallin, una ciudad de cuento que nos recordó a Brujas la bella ciudad de Flandes. Incluida dentro de los lugares reconocidos como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO cuenta con una murallas prácticamente completas y conservadas que envuelven la antigua ciudad.

Pasamos casi dos días, tiempo suficiente para ver sus lugares más famosos y poder quedarse con la esencia medieval que tiene Tallin. Te contamos lo que NO deberías perderte si la visitas.

PLAZA DEL AYUNTAMIENTO

Plaza en Tallin

En primer lugar hay que decir que las horas centrales del día son un auténtico caos debido a la gran cantidad de gente que llega desde los cruceros para ver su centro histórico. Nosotros pudimos solventar esto evitando la Plaza del Ayuntamiento durante esas horas. Como indica su nombre es el lugar donde está el ayuntamiento de la ciudad, aunque la plaza es mucho más ya que si hacemos un giro de 360º es impresionante la mires por donde la mires.

LAS MURALLAS

Murallas en Tallin

Con más de 2km de longitud, estamos hablando de unas de las murallas mejor conservadas de Europa. Además de las murallas, existen 35 torres o torreones que completaban uno de los sistemas defensivos más potentes de la Europa Medieval. No podía se de otro modo debido al lugar tan estratégico que ocupa la ciudad.

PUERTA VIRU

Siguiendo las murallas, llegamos a la Puerta Viru ubicada justo en la calle con el mismo nombre. Construida en el siglo XIV es la antigua puerta de entrada a la ciudad y que actualmente nos lleva hacia la calle más céntrica y directo a la plaza del ayuntamiento.

LA FARMACIA MÁS ANTIGUA DEL MUNDO

Farmacia antigua en Tallin

Sí, has leído bien. En Tallin se encuentra la farmacia más antigua del mundo. Data del año 1442 y en su interior aún se pueden ver algunos objetos antiguos además de ungüentos o animales disecados. La entrada es gratuita y se pueden hacer fotos en su interior.

PASAJE DE SANTA CATALINA

Si pasear por Tallin es como adentrarse a través de una máquina del tiempo que te lleva al medievo, al llegar a este pequeño pasaje, sentirás que esa sensación se ha convertido en realidad. En una callejuela adoquinada justo pegada a un antiguo convento dominico, podemos volver a pleno siglo XIII lejos de la abarrotada de turistas calle Viru.

DEGUSTAR LA GASTRONOMÍA BÁLTICA

No puedes marcharte de la ciudad sin degustar la gastronomía de estas latitudes. Hay multitud de restaurantes en los que puedes degustar ciervo, alce, reno o incluso oso. En nuestro caso fuimos al Farm restaurant (no se trata de ninguna publicidad, simplemente hablamos desde nuestra experiencia y os recomendamos probarlo si estáis por Tallin). A nuestro modo de ver es exquisito, aunque no lo decimos nosotros solo ya que parece ser que es uno de los mejores restaurantes de Estonia (con sello identificativo en la puerta). Y no os asustéis por el precio ya que es muy similar a cómo sería en España un restaurante de precio medio.

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CATEDRAL ALEXANDR NEVSKY

Sin lugar a dudas, una de las joyas de la corona. Saliendo del casco antiguo hacia la colina de Tompeaa, en lo más alto se encuentra la catedral Alexandr Nevsky. No está demasiado lejos del centro mismo y en apenas 15-20 minutos andando se llega fácilmente. De hecho al tiempo que subes la vas viendo, majestuosa, allí arriba dominando la ciudad.

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Construida entre 1894 y 1900  durante el periodo en el cual Estonia formaba parte del Imperio ruso, se construyó siguiendo el el antiguo modelo arquitectónico ruso, poseyendo la cúpula grande de entre las catedrales ortodoxas. Está dedicada a Alexandr Nevski, quien salió victorioso en la batalla del lago Peipsi de 1242. Al ser considerada como objeto de dominación rusa, se quiso demoler en 1924 aunque finalmente no se hizo (por suerte para todos).

PASEAR POR SUS CALLES

Por último, os aconsejamos que simplemente os dejéis llevar por Tallin. Una vez visto lo más importante solo queda lo mejor: olvidaros de las guías y perderos por sus calles empedradas, tomarse un café en la plaza central o aparecer por cualquier rincón. La ciudad no es demasiado grande y es ideal para callejear sin rumbo fijo. Que no todo sea seguir mapas y rutas trazadas, deja tiempo para la sorpresa. Seguro que no te arrepentirás.

 

Así pues, con un par de días es más que suficiente para conocer la ciudad. Pero si dispones de más tiempo puedes hacer una excursión (aunque sea de un solo día) al Parque Nacional de Lahemaa donde te podemos decir por experiencia que vale la pena visitar:

Qué hacer en el Parque Nacional de Lahemaa

Si te apetece ayudarnos a completar esta lista con algún otro lugar que ver en Tallin, añade el tuyo en los comentarios.

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