Nos levantamos sobre las 6.00h de la mañana, ya sabéis: para descubrir, hay que sufrir… hoy empezábamos nuestro circuito. Mi madre entusiasmada y yo con un “borrón y cuenta nueva” del día anterior. Las dos dispuestas a disfrutar al máximo de esta experiencia. Pasó a recogernos puntual un autobús por nuestro hotel que nos llevaría directo a Kaïrouan.
Aunque no es destino de peregrinación (La Meca es el único sitio que puede serlo según el Islam), Kaïrouan es considerada como la cuarta ciudad más santa del islam tras La Meca, Medina y Jerusalén y en la que durante mucho tiempo estuvo prohibida la entrada a la ciudad a los no musulmanes. Dicen que para todo musulmán ir siete veces a Kaïrouan equivale a una visita a la Meca. La ciudad fue declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en el año 1988 y destaca la Gran Mezquita, la Mezquita de las Tres Puertas y su recinto amurallado.
Previo pago de 1DT para poder hacer fotos de la ciudad, lo primero que visitamos fue el Mausoleo del Barbero que alberga la tumba del arquitecto del edificio y de Abou Dhama, compañero de Mahoma que recibía el apodo de Sidi Sahab, es decir, el “Portador de los Tres Pelos” debido a que siempre llevaba encima tres pelos de la barba del Profeta, de ahí el apodo del barbero. Construido en el siglo VII y reformado posteriormente, alberga varias salas con magníficos azulejos y yeserías que recuerdan a la Alhambra de Granada. Algunas de las salas están cerradas para los turistas y solamente se permite realizar fotos en muy pocas, aunque si le das 1DT a los vigilantes, ellos podrán realizar las fotos con tu cámara.
Nos trasladamos después hacia la Gran Mezquita de Kaïrouan en donde a las afueras encontramos un antiguo cementerio musulmán.
La Gran Mezquita es una de las más importantes de Túnez y considerada como el más antiguo santuario del Magreb. Su espacio incluye un minarete de unos 31m cuya base data del siglo VII, un patio parcialmente pavimentado en mármol con un reloj solar que marca las horas de oración y un aljibe como colector de agua. En ella admiramos la más importante estancia, la sala de oración donde no se permite la entrada a personas no musulmanas, aunque la puerta está abierta para que puedas verla por dentro lleno de columnas provenientes de Cartago y cubierto de alfombras. Recordar que no se permite la entrada a las Mezquitas si vais con los hombros y las piernas descubiertas.
A continuación fuimos a visitar la Cooperativa de Alfombras regulada por el Gobierno en cuanto a certificado de calidad. Allí, bebiendo té, nos explicaron el proceso de elaboración manual de los dos tipos de alfombras que se realizan en Túnez, las mergoum o de pelo corto de origen bereber y las zerbia que se realizan con distintos tipos de nudos. Si deseas comprar alguna, en el precio se incluye en envío directamente a tu domicilio. Una vez terminamos, nos dirigimos hacia Tozeur donde haríamos noche en un hotel.
Deja una respuesta