Ámsterdam. Ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial.

“Escribir un diario es una experiencia muy extraña para alguien como yo. No sólo porque yo nunca he escrito nada antes, también porque me parece que más adelante ni yo ni nadie estará interesado en las reflexiones de una niña de trece años de edad”.

Y que equivocada estabas, Anna, cuando escribiste esto…

La primera vez que leí su diario tenía la misma edad que ella cuando lo escribió. Llegó a mis manos ya que era uno de los libros incluidos en el plan lector de la escuela. Y cómo lo agradezco, pues no se me ocurre una mejor manera de explicar esta parte tan negra de nuestra historia que leyendo su alma, la de Anna Frank. Pienso en lo que los nazis robaron al mundo de la cultura con su asesinato, pues si con 13 años fue capaz de escribir esas reflexiones tan profundas, no quiero ni imaginar que hubiera aportado al mundo con solo unos años más. Seguramente algo muy grande.

Adentrarme en la parte trasera de la que fue su casa resultó para mí muy impactante. Acceder por la falsa estantería hasta el ático donde ella, junto a su familia y siete personas más, permanecieron encerrados durante dos años. Observar las marcas en la pared de las distintas alturas de los niños y descubrir que a pesar del hambre, aún seguían creciendo. Ver la tinta plasmada en su diario original. Fue una experiencia muy conmovedora. Es una de esas visitas en la que dices ¡uauuuu!, paremos un segundo, vamos a darle al botón de pausa, detener el tiempo y reflexionar sobre las atrocidades que somos capaces de hacer los seres humanos. Porque sí, ciertamente somos capaces de hacer las cosas más increíbles que te puedas imaginar y al mismo tiempo las más atroces.

Si supiera Anna Frank lo que ha significado su diario para la humanidad… por el contrario, no se creería que aún hoy se siguen matando y dejando morir a familias por intereses, ego y poder.

No sé si hoy en día los profesores siguen incluyendo en su plan lector su famoso diario igual que hace 20 años, pero si no es así deberían, porque lo cierto es que tras 75 años de este holocausto donde asesinaron a millones de personas, aún queda mucho por hacer, explicar, enseñar, investigar y por conocer, ya que como ella dejó escrito:

“Lo que se hace no se puede deshacer, pero se puede prevenir que vuelva a ocurrir”.

Ámsterdam, 23 de julio de 2015

Sonia

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