Cuando decidimos viajar a París teníamos claro que en nuestro viaje no podía faltar una última parada en Disneyland París o Eurodisney. Nos hacía especial ilusión estar en este parque ya que de pequeños crecimos con todos sus personajes de cuento. Así de algún modo volveríamos a una preciosa época de nuestras vidas.
El parque es realmente bonito y tiene todos sus detalles realmente bien cuidados. Ya por dentro nos subimos a algunas de sus divertidas atracciones, las cuales hay tanto para niños pequeños como ya para adultos con ganas de emociones fuertes. Además, en cualquier momento te encuentras con algún personaje con el que te puedes hacer una foto.
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Como principal símbolo de Eurodisney, tras la entrada se impone majestuosamente el famoso castillo de la Bella Durmiente. Tanto de día como de noche bien merece una instantánea.
Además cada día se pueden ver todos los personajes en la cabalgata que recorre la principal avenida del parque. Esta cabalgata tiene lugar a mediodía y al finalizar la jornada ya de noche. Se trata de un bonito festival de sonido, luces y colores.
Así pues, como hemos dicho anteriormente, durante estos tres días que pasamos en Eurodisney nos sumergimos en este ambiente de sueños e ilusión. Podíamos haber pasado más días en París, pero pensamos que estos días valieron la pena. Y así nuestro viaje llegaba a su fin. Un punto y final muy agradable.
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